Trata Tu Hígado Graso Mejorando Tu Dieta

La esteatosis hepática o enfermedad del hígado graso es una condición que produce un exceso de la grasa en el hígado y puede ser debido a varias causas, como la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, o una predisposición genética.

Es importante saber que el hígado tiene la capacidad de regenerarse a sí mismo, incluso después de un daño grave. El tratamiento para el hígado graso incluye una dieta principalmente pobre en grasas, para ayudar a la regeneración de las células y mejorar la salud hepática.

El ejercicio regular y el cumplimiento de las recomendaciones dietéticas ayudarán a apoyar la salud hepática. Es recomendable una dieta baja en grasas y rica en carbohidratos complejos, como son las frutas y verduras frescas, ricas en fibra y nutrientes; así como los cereales integrales, panes, pastas, cereales y arroz integrales, en lugar de refinados.

Que debes evitar

Para recuperar la salud del hígado, es importante controlar la grasa y el consumo de proteínas, siendo la ingesta diaria de proteínas de 1 gramo por cada kilogramo de peso corporal.

Se deben incluir carnes magras como el pollo o el pavo y las grasas saturadas deben de ser estrictamente evitadas, como la mantequilla, margarina o manteca, sustituidas por grasas saludables, com el aceite de oliva virgen extra.

Evita también las carnes rojas y los alimentos procesados con alto contenido de grasa, como las papas fritas, alimentos fritos o carnes procesadas, ya que deben ser eliminados de la dieta.

Que debes incluir

Frutas y vegetales

La mayoría de las frutas y verduras son alimentos bajos en calorías, que ayudan a controlar y bajar de peso, disminuir los niveles de colesterol, ya que son ricas en fibra, al mismo tiempo que reducen el estrés del hígado. Entre ellas podemos encontrar las alcachofas, verduras de hoja verde, berenjena, calabacín y tomates, así como fresas, peras y manzanas.

Legumbres

Ayudan a prevenir la progresión de la enfermedad del hígado graso, ya que son ricas en proteínas y bajas en calorías, por lo que ayudan a controlar el peso y pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol por su contenido de fibra. Son bajos en sodio y altos en potasio, por lo que disminuye la presión arterial. Entre ellos encontramos los frijoles, alubias, lentejas, guisantes, las cuales son recomendables cocinarlas sin sal.

Carnes magras y pescados

Elige proteínas magras como el pollo y pescado y evita las carnes grasas, como la carne roja, que es alta en grasas saturadas y colesterol. El pescado es especialmente saludable porque contiene ácidos grasos Omega-3

Grasas saludable

Tener el colesterol alto aumenta el riesgo de padecer enfermedad de hígado graso, por lo que es importante evitar los alimentos ricos en grasas saturadas. Son recomendables el aceite de oliva, aceite de canola, platas y frutos secos como nueces y semillas. Evita el consumo de grasas saturadas como la mantequilla, margarina, carnes rojas, aceites de palma y de coco, y lácteos grasos. Así como los fritos, grasas trans y grasas parcialmente hidrogenadas.