¿Qué Es El Herpes Zoster Y Cómo Tratarlo?

El herpes zoster es una infección por el virus VVZ o varicela-zóster y es una enfermedad que afecta principalmente a los nervios que está debajo de la piel. Se manifiesta con la inflamación y aparición de erupciones en forma de ampollas que se localizan a los largo de todo el nervio al cual afectan, por lo tanto, se pueden percibir con facilidad.

La piel afectada se irrita y se pueden ver pequeñas vesículas que recorren el recorrido del nervio. Esto provoca que la enfermedad se conozca popularmente con el nombre de “culebrilla”. Además, como las ampollas producen un dolor que parece abrasar la dermis, en algunos lugares se le conoce como “Fuego de San Antonio”.

La enfermedad afecta mayormente a personas adultas, sin embargo, también se puede apreciar en algunos adolescentes, aunque suele ser leve.

Causas de la herpes zoster

El virus del herpes zoster es el mismo de la varicela, este virus nunca es erradicado del cuerpo, sino que se queda en el organismo en estado latente y cuando se presentan determinadas condiciones de salud, el virus se reactiva en los ganglios nerviosos.

Es importante tener en cuenta que no todas las personas que han tenido varicela desarrollan herpes zoster. El virus se reactiva en quienes desarrollen alteraciones temporales o permanentes del sistema inmunológico.

Esto puede producirse por la edad avanzada, otra enfermedad, la administración de algunos medicamentos como corticoides, medicinas para el reumatismo u otros.

El herpes zoster no se contagia, pero una persona que padezca la enfermedad sí puede contagiar el virus de la varicela a quien no la haya padecido. De todas formas, el contagio solo se produce por contacto directo con las ampollas.

Los adultos mayores de 50 años son las personas más propensas a desarrollar esta enfermedad. También aquellos individuos que tengan debilitado el sistema inmunitario (VIH). Además, se ha observado que quienes padecieron varicela antes del primer año de vida, pueden desarrollar este herpes.

Síntomas del herpes zoster

El síntoma más evidente es el dolor, el cual puede aparecer incluso antes de que sean visibles las ampollas. Esto sucede porque el virus afecta a los nervios de la dermis.

En la mayoría de los casos, las ampollas aparecen entre 1 y 14 días después de las primeras sensaciones y los primeros síntomas son:

  • Picazón
  • Cosquilleo
  • Hormigueo
  • Dolor focal

Durante la fase inicial del herpes zoster puede presentarse:

  • Fiebre
  • Dolor de cabeza o malestar general
  • Molestias gastrointestinales

No obstante, el principal síntoma son las vesículas. Al principio las erupciones son pequeñas, pero pueden creer y unirse con otras, formando grandes ampollas.

El período de crecimiento varía entre 3 y 5 días. Pasado ese tiempo, se forman costras que se corresponden con la fase final de esta etapa.

En caso de que el virus aparezca en la zona de la cabeza, puede afectar la vista o el oído. Si se aloja en el nervio mandibular, podría ocasionar lesiones en la cavidad bucal, la lengua y la garganta. Aunque en raras ocasiones lleva a la pérdida del sentido del gusto.

Diagnósticos y complicaciones

El diagnóstico se hace a partir de la exploración física del paciente y se deben tener en cuenta sus antecedentes e historial clínico. Cuando no hay certeza de que se trata de un caso de herpes zoster, se ordena una muestra de tejido de las lesiones para hacer un examen de laboratorio que permita evaluar el caso a fondo.

El examen de sangre también es un método confiable para establecer un diagnóstico definitivo. Sin embargo, solo cuando está comprometido el sistema nervioso se acude a la punción lumbar par diagnosticar la enfermedad.

En casos atípicos, se recurre al “Test de Tzanck”, en el cual se hace un cultivo de líquido que compone las ampollas.

Una de las mayores complicaciones del herpes zoster es la “neuralgia posherpética”, la cual aparece hasta en el 50% de los pacientes y consiste en un dolor que muchos describen como quemante, eléctrico e insoportable.

En los casos más difíciles, el dolor puede incapacitar completamente al paciente y los más grave es que puede durar semanas, meses, años e incluso para toda la vida.

Los problemas a la vista con otras complicaciones cuando el herpes zoster tiene lugar cerca del ojo y en este caos los efectos podrían llegar a ser muy graves.

También pueden originarse infecciones adicionales en la piel, como celulitis o impétigo. En algunos casos, la enfermedad puede dar origen a una meningitis.