6 Maneras De Corregir La Conducta De Un Niño Irrespetuoso

Muchos niños y adolescentes parecen no saber que existen palabras y frases como “buenos días”, “permiso”, “gracias”, “por favor”, “perdón”, ya que no es muy habitual que las digan.

Lo anterior puede deberse a la falta de respeto o educación, dos cosas que están separadas por una delgada línea.

Las faltas de respeto no deben dejarse pasar en ninguna circunstancia y una buena educación no tiene porque además ser permisiva.

Los padres deben ser responsables en educar a sus hijos y adolescentes enseñándoles las actitudes y gestos para expresar emociones y disgustos sin faltar el respeto a los demás.

No se puede esperar que un niño enojado aprenda algo ya que cuando están dominados por la ira, la frustración o el estrés, su parte racional se desconecta y es inútil explicarles algo.

No se les podrá transmitir alguna enseñanza si ellos no están conectados emocionalmente con nosotros. Las amenazas no sirven, ya que cuando un niño o adolescente se enoje sólo recordará la amenaza y no lo que se les enseñó. Ni hablar de los castigos físicos ya que no enseñan nada y generan resentimiento, algo que ningún padre quiere que su hijo tenga hacía él.

Sonia Cervantes es una psicóloga que se especializa en niños y adolescentes. ante casos de niños irrespetuosos ella comparte lo siguiente: “los adolescentes hoy en día han perdido todo respeto por la autoridad, no aceptan acatar las normas, no tienen valores y lo único que les interesa es divertirse.”

Cuando ella pregunta a los padres si están de acuerdo con la frase y ellos responden que sí, les dice una frase escrita por Sócrates, el filósofo griego que vivió hace 2400 años y es que al parecer ya en ese entonces los adolescentes les generaban problemas a sus padres, ya que adolescencia viene de ”adolecer” que significa sufrir, penar, padecer. un periodo que puede parecer atractivo pero que puede tener momentos difíciles.

El adolescente nunca estará de acuerdo con la autoridad y con que s ele pongan reglas. el adolescente quiere transgredir, pasar los límites y actuar como él quiere. Es rebelde ya que se está formando como persona y esto provoca en él angustia, indecisión y cuestionamientos. Ahí es donde más necesita de sus papás para que no se le obligue, pero si se le guíe, para que no le se someta pero si se le oriente y no para que se le imponga, pero si se le explique.

Ojo por ojo, diente por diente

Le pediste a tu hijo que no vea tv y haga su tarea, le pediste a tu hijo adolescente que dejé los juegos electrónicos y estudie, pero ellos te pusieron mala cara, o te respondieron con improperios y gritos.

Enseñar respeto no consiste en faltarle el respeto a tus hijos. Las amenazas, castigos, violencia y humillación no demuestran autoridad, sino autoritarismo y esto no te hará ganar nada.

Cuando un niño o adolescente nos falta el respeto, nosotros también nos dejamos llevar por la ira, no pensamos de forma racional y resulta difícil reaccionar con calma y discernimiento.

Cuando nos preguntamos ¿Qué hacer?

Debemos tener en cuenta que los niños pueden estar siendo víctimas de agresión y que eso se manifiesta en una conducta agresiva y desafiante. Debemos averiguar si podemos ayudar a nuestros hijos conversando o buscando ayuda profesional.

En la mayoría los casos debemos asumir la responsabilidad de que hemos dado una educación muy permisiva. A muchos papás les cuesta establecer reglas y hacer que estas se cumplan porque les es difícil manejar a niños desafiantes y se rinden cuando no saben que hacer ni como actuar. Los niños detectan estas situaciones y de forma consciente o inconsciente, las utilizan. La clave está en ser más perseverantes como padres.

Si estás en esta situación debes tomar cartas en el asunto, ya que nadie quiere que sus hijos se comporten de manera inadecuada. Los niños irrespetuosos, insolentes y desaprensivos no caen bien y nadie quiere que su hijo sea rechazado.

Ideas para tener en cuenta

  • La falta de respeto debe corregirse para que no empeore.
  • No debes justificar a tu hijo diciendo “todos los niños son iguales”, o “son cosas de niños” ya que el problema no desaparecerá y las excusas no sirven de nada.
  • Aprender a relacionarse con respeto los ayudará a desarrollar vínculos sólidos.
  • Un niño que falta el respeto necesita ayuda con su ira y frustración.

Corregir actitudes

1.Educar desde siempre

No creas que porque un niño es pequeño no entenderá reglas o cosas que se le expliquen. Ellos aprenden todo el tiempo.

2.Aceptar la frustración

Sobreproteger a los niños es darles una mala educación. El afán de evitarles el sufrimiento es un error ya que nos e preparan para situaciones adversas. Los adultos sabemos que no siempre las cosas son como queremos y debemos preparar a los niños para esto y así puedan enfrentar la adversidad.

No queremos que lloren y aceptamos lo que nos piden, no queremos que se enojen y permitimos que no se comporten adecuadamente, pero el aprendizaje tiene que ver con saber soportar la frustración.

3.Poner límites

Muchas veces las actitudes negativas de los niños tiene que ver con que no saben hasta donde se puede llegar y hasta donde no. Esto tiene que ver con que los límites nos on claros.

Si establecemos una regla, debemos predicar con el ejemplo y explicar las consecuencias positivas de aceptar reglas.

4.Coherencia y perseverancia

Castigos como un mes sin tv o sin poder ir a la casa de su amigo, no sirven. Será difícil mantener estos castigos y dos días después se pierde la esencia de ello.

Un castigo debe ser una penitencia. Dos horas sin tv es más efectivo que un mes que nunca será un mes. Mientras transitamos por el camino, vamos aprendiendo de autoridad.

5.Discernir

Los padres deben tener claro lo que es intolerable y lo que es intrascendente. Muchas veces nos enfocamos en cosas como que el niño lave su taza tras usarla, pero permitimos insultos y agresiones.

Las reflexiones finales se resumen en un refrán: “se atrapan más moscas con miel que con vinagre.”

Esto se traduce en que imponiendo fuerza, castigos, amenazas y humillaciones no vamos a lograr nada y sólo conseguiremos resentimiento y malos tratos de nuestros hijos que repercutirán en su vida social y laboral.

Debemos hablarles, explicarles, averiguar lo que pasa y hacerles ver a nuestros hijos que una mala actitud, la mala educación y las faltas de respeto sólo traen problemas y que es más fácil y productivo tener buenos modales y generar empatía.

Nuestros hijos deben entender que las palabras que mencionamos al principio al ser usadas, siempre van a repercutir a su favor.