Qué Debes Comer Si Sufres De Hígado Graso

La esteasosis hepática, más conocida como hígado graso, es una afección que la mayor parte del tiempo se relaciona con malos hábitos de alimentación. Dentro de este padecimiento, existen dos tipos: aquel generado por la ingesta exagerada de alcohol, y el producido por una dieta alta en grasas y triglicéridos.

Esta es una condición que le impide al hígado eliminar aquellas toxinas de forma eficiente.

Además, ciertas personas desarrollan un tipo de resistencia a la insulina (hormona que regula la glucosa), y genera cambios en el metabolismo completo e incide de forma directa en el tejido hepático.

Junto con lo anterior, la afección genera fibrosis crónica (también conocida como hígado endurecido) cuando éste disminuye sus funciones, la grasa se oxida y se empiezan a generar diversos malestares como consecuencia.


Los síntomas comunes

No siempre se presentan síntomas, pero de haber, suelen ser los siguientes:

  • Fatiga o cansancio
  • Pesadez estomacal o sensación extrema de saciedad
  • Pérdida de apetito
  • Dolor en la parte derecha del abdomen
  • Náuseas
  • Mala memoria y dificultad para concentrarse

Si tienes alguno de estos síntomas, debes acudir a un especialista para que te haga los exámenes pertinentes pues atender a tiempo este padecimiento puede evitar una cirrosis y sus efectos colaterales.

Si padeces obesidad, hipertensión, diabetes, hipertensión y una alta concentración de triglicéridos en la sangre, entonces tienes una predisposición biológica al hígado graso.


¿Qué comer cuando tienes hígado graso?

A continuación te recomendamos algunos alimentos ricos en fibra y proteínas saludables para que los integres en tu dieta diaria.

Ajo

Con selenio y alicina, este bulbo es perfecto para limpiar el hígado y mejorar la activación de las enzimas que ayudan a eliminar toxinas.

Jengibre

Gracias a su alto contenido en antioxidantes, este es un aliado ideal para disminuir la cantidad de triglicéridos en tu sangre.

Infusión de jengibre:

Ingredientes:

  • cucharadas de raíz de jengibre (30 g)
  • 1 taza de agua (250 ml)
  • 1 cucharadita de miel de abejas (5 ml)

Preparación:

Hierve agua y, cuando esté en ebullición, añade el jengibre y déjalo por 5 minutos. Luego cuela la preparación en una taza, agrega la miel y bebe mientras siga caliente.

Consume esta infusión en mitad de la tarde y repite al menos por dos semanas.


Acelga

Como es rica en fibra, magnesio, hierro, potasio y agua, el acelga es un excelente tónico para rejuvenecer tus células hepáticas y limpiar tu hígado.

Toronja

Contribuye a activar ciertos químicos que se encargan de la oxidación de los ácidos grasos, por lo que no sólo es apropiada para combatir el hígado graso sino también para bajar de peso. Bebe jugo de toronja todas las mañanas.

Té verde

Los componentes del té verde, como la catequina, son perfectos para regular las funciones del hígado e inciden de forma directa en el control de los radicales libres de nuestro cuerpo.

Linaza (semillas de lino)

Junto con aportar una cantidad importante de Omega-3 (que disminuye los niveles de grasa en la sangre), su fibra soluble ayuda al hígado en la absorción de grasas y su aporte en fibra insoluble previene el estreñimiento.

Grosella de la India

Además de ser una buena fuente de vitamina C, posee múltiples propiedades para limpiar y sanar el hígado. Gracias a su alto contenido de antioxidantes, ayuda a liberar las toxinas presentes en el hígado. De hecho, frecuentemente es usada como coadyuvante en el tratamiento de la cirrosis.

Papaya

Junto con poseer hierro, calcio y vitaminas, su mejor propiedad es una alta concentración de enzimas digestivas como la papaína y la quimopapaína, que ayudan a mejorar las funciones hepáticas. Son enzimas que se encuentran principalmente en las semillas. Por ello, puedes sacarlas y molerlas, o comprarlas en una tienda comercial ya molidas.

Añádelas en tu dieta diaria para limpiar tu hígado y mejorar tu digestión.


Junto con todas estas recomendaciones, recuerda consultar a un médico y además realizar ejercicio. Se recomienda empezar con caminatas de bajo impacto e ir incluyendo poco a poco una rutina moderada que permita aumentar tu actividad cardíaca y mejorar tu circulación.

El hígado graso es reversible con un cambio en tu estilo de vida, principalmente disminuyendo la ingesta de alcohol y grasas.